martes, 4 de noviembre de 2008

A 25 años, una reflexión, por Andrés Larroque

Capital Federal (Agencia Paco Urondo) “Tal vez hoy para muchos jóvenes, que no conocieron épocas aciagas de nuestro país, la democracia sea una forma de gobierno, una división de poderes, pero aquellos que vivimos las más terribles dictaduras de las que se recuerde, la democracia no es entonces solamente una cuestión o forma de gobierno, sino una cuestión de vida.”

Presidenta Cristina Fernández de Kirchner, 1 de octubre de 2008.

Se cumple un cuarto de siglo de la recuperación de la democracia.

Durante años, este hecho trascendente, había dejado de tener ese halo fantástico que acompañó los días posteriores al 30 de octubre de 1983. Aquello comenzó a desdibujarse merced de una partidocracia que negó los principios básicos de la representación popular.

Y ya entrados en los ’90, esa práctica llegó al paroxismo, a manos del mercado omnipotente que pulverizaba todo el sentido de la palabra originada en la lejana Hélade. Era cualquier cosa, menos gobierno del pueblo.

Todo se fue entregando, desoyendo la máxima del General San Martín que, desde el fondo de la Historia nos prevenía: “el enemigo es grande si se lo ve de rodillas".

Se llegó, entre liberales desenfrenados y dudosos progresistas, a poner en riesgo toda institucionalidad en diciembre del 2001, momento en que el pueblo, a su manera, recuperó el lugar en la Historia.

Pero el pueblo debió esperar su intérprete, que recién llegó un 25 de sol, otra vez de mayo pero del 2003, para devolverle a la palabra su sentido, a la política su razón de ser y a todos nosotros la dignidad de ser parte de un Proyecto que creíamos nos habían robado para siempre.

Así, al pasar de esos más de cuatro años mágicos, Néstor Kirchner fue restituyendo sentido a aquel hecho que en 1983 había despertado tantas expectativas.

Y llegamos a este momento donde, en otro gesto de excelsa democracia, la tarea de conducir el Poder Ejecutivo cambió de manos, dando a propios y extraños, un claro mensaje de lo que se pretende construir: un proyecto basado en convicciones que no se pierden en los umbrales de ningún palacio. Realizando con hechos lo que otros declaman en diatribas repetidas al hartazgo, acerca de institucionalidad, república y demás.

Hoy, con la Presidenta Cristina Fernández conduciendo los destinos del país, podemos recordar aquel día con emoción y orgullo porque democracia no es una palabra vacía, porque este pueblo discute, a favor o en contra del Gobierno, pero con una participación masiva. Porque, hoy mismo, sus representantes están debatiendo, por iniciativa del Poder Ejecutivo, qué rol va a tener el Estado que la oleada neoliberal pretendió destruir.

Mientras los “grandes estadistas del primer mundo” se desvelan por salvar al poder financiero internacional, nuestra Presidenta, honrando un principio básico de la democracia, ha determinado que es prioridad del Estado, frente a esta situación de incertidumbre, proteger a los más débiles como son nuestros jubilados actuales y los que vendrán.

A 25 años, podemos decir como jóvenes, sin temor a equivocarnos que, desde el 2003 para acá, comenzamos a entender el sentido de aquella palabra y todas las posibilidades que abre para nuestro futuro, si Pueblo y Gobierno siguen andando, de la mano, el más hermoso camino que es el de la Patria. (Agencia Paco Urondo)

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