Por Pablo Torres
El tema de las "teorías conspirativas" es es un terreno demasiado pantanoso. Suelen mezclarse las denuncias fundadas en datos certeros y en presunciones realmente lógicas y atendibles, con cuasi teorías más cercanas a la superstición, al chusmerío pseudo-científico y a la metafísica más berreta.
De un lado, por ejemplo, tenemos la teoría del auto-atentado (o "inside job" como lo llaman los norteamericanos) a las Torres Gemelas en Nueva York, EEUU, del 9 de septiembre 2001, perpetrado por la administración Bush. Teoría que cuenta, a mi juicio, con demasiados elementos que prueban la fraudulencia de la historia oficial acerca de este atentado. La imposibilidad de que dos aviones puedan haber causado el derrumbe de ambos edificios, el colapso de la torre 7, que no fue impactada por ningún avión, las detonaciones escuchadas previamente al impacto de los aviones contra las torres, los intereses en juego, el uso de este episodio para fundamentar la invasión a Irak y Afganistán, etc. Creo que seguir creyendo, a esta altura, que esto fue un ataque externo y no algo planeado "desde adentro" es de una ingenuidad rayana en la idiotez.
Por el otro, tenemos a impresentables como David Icke, que mezclan masonería, extraterrestres, hombres-lagarto, satanismo y antiimperialismo en una ensalada intragable que termina volviendo fútil información valiosa (tampoco podemos caer en el error de condenar absolutamente todo lo que diga Icke) que queda enmarañada entre los planteos estúpidos que este tipo suele hacer. El señor Icke es, a mi juicio, un "embarrador de canchas" profesional, pagado vaya uno a saber por quién.
Hago mención al tema de las teorías conspirativas ya que ha vuelto a circular, a partir del terremoto en Haití, una vieja teoría conspirativa: el uso del proyecto H.A.A.R.P. ("High Frequency Active Auroral Research Program", o "Programa de Investigación de Aurora Activa de Alta Frecuencia" en castizo) por parte de las fuerzas armadas estadounidenses con fines bélicos.
Ahora, ¿Qué es el H.A.A.R.P.? Se trata de una instalación hecha por la Fuerza Aérea, la Marina de los EEUU y la Oficina de investigación de proyectos avanzados de defensa del Pentágono situada en Gakona, Alaska, y que consta de 180 antenas que funcionan como una sola, y que, según se dijo en múltiples medios, son capaces de emitir hasta un billón de ondas de radio de alta frecuencia, y cuyo fin es el de estudiar las propiedades de la ionosfera, tanto para favorecer las comunicaciones y los sistemas de vigilancia, como para alterar el clima, provocando desde simples tormentas hasta terremotos.
No debemos olvidar de mencionar que tanto los EEUU como Rusia vienen trabajando desde hace décadas en proyectos como éste, orientados a la utilización del clima como arma de destrucción masiva, sobre todo desde los años más difíciles de la Guerra Fría.
Hace unos días trascendió una noticia que habla de una supuesta denuncia de la Flota Norte rusa, alertando sobre la utilización de este proyecto por parte de los EEUU para producir el terremoto del pasado 12 de enero en Puerto Príncipe, Haití.
Si bien hay sobradas razones para creer que EEUU es capaz pergeñar los planes más siniestros con tal de llevar a cabo sus fines (basta recordar el tema de las "armas de destrucción masiva" que supuestamente poseía Irak y que nunca existieron, y que sirvieron de excusa a Washington para invadir ese país y quedarse con su petróleo y con las concesiones para reconstruir sus arrasadas ciudades), en este caso la teoría parece haber ido un poco lejos.
Es así que decidí ponerme en contacto con Manuel Platino, doctor en ingeniería electrónica egresado de la universidad de Stanford, California, y que actualmente se desempeña como investigador del CONICET y la CNEA para el Observatorio Pierre Auger de Rayos Cósmicos, y como jefe de laboratorio de electrónica y diseño de hardware para los contadores de muones AMIGA de dicho observatorio. Manuel Platino también tuvo la oportunidad de realizar experimentos relacionados con el proyecto H.A.A.R.P..
Al ser consultado sobre si es posible que haya sido EEUU quien provocó el terremoto de Haití, o el de Sichuan, en China, del año 2008 (otro de los desastres naturales de los que se dice que el proyecto H.A.A.R.P. fue el causante), Platino dice que "desde el punto de vista tecnológico científico, me parece que el ser humano todavía no está en condiciones de provocar terremotos, más que nada por las cantidades enormes de energía que se necesitan", ya que "un simple balance energético daría como resultado que la energía necesaria para generarlo (si es que existiera una forma de hacerlo), no se encuentra disponible entre los recursos de los que dispone Estados Unidos". Como dato revelador, Platino nos cuenta que "la instalación de HAARP está alimentada con un motor diesel de locomotora que hace de generador eléctrico", por lo cual "no tiene la potencia necesaria para generar tanta energía en tan poco tiempo como para causar la acumulación de tensiones necesarias para desatar un terremoto", dando por tierra con la idea de que el H.A.A.R.P. pueda generar ondas de alta frecuencia con la potencia de 1GW (mil millones de watts), como se dijo por ahí. "La mayor parte de la energía de un terremoto se disipa en las profundidades, donde se acumulan las presiones por movimientos tectónicos que eventualmente desatan las vibraciones mecánicas que dan origen a los terremotos", agrega.
El ingeniero también descarta que este proyecto sea capaz de provocar huracanes, tsunamis, sequías o tormentas: "Los cambios climáticos se generan por procesos inherentes al planeta tierra, que resultan de varios factores combinados entre los cuales se encuentran la influencia del hombre: Mucho tiene que ver la dinámica de la atmósfera y su relación con las corrientes marinas, las edades glaciares determinadas por la actividad interna de la tierra y los ciclos de actividad solar, la acumulación de exceso de dióxido de carbono y gases de desperdicio generados por el hombre, entre muchos otros". Platino no cree que alguien pueda crear un tsunami voluntariamente, ya que "debería planearlo con años de antelación", y agrega que "el proceso es tan difícil de controlar y requiere tanta inversión de energía que me parece muy tirado de los pelos".
Platino no descarta, al hablar sobre el origen de H.A.A.R.P., que "en su momento se haya pensado que se podía usar como un arma climática" al proyecto, pero que "su propósito concreto era el de estudiar la ionósfera", ya que ésta puede ser usada para comunicaciones por radio de muy larga distancia.
Otro de los argumentos usados por quienes sospechan del proyecto H.A.A.R.P. es que la profundidad de éste y de otros terremotos fue coincidentemente de 10 kilómetros en todos los casos, hecho que supuestamente probaría que esos terremotos fueron producidos por el hombre. En la página de la USGS ("United States Geological Survey", Servicio Geológico de Estados Unidos) explican que ésta se trata de una profundidad standard, la cual se utiliza cuando no se tienen datos certeros sobre la profundidad del terremoto en cuestión. También se dice que los rayos emitidos por el H.A.A.R.P. pueden calentar las napas de agua subterráneas, provocando así el terremoto. Al respecto, Manuel Platino dice lo siguiente: "en teoría eso (refiriéndose al tema de la profundidad) es cierto: H.A.A.R.P. genera ondas de radio que penetran la tierra hasta cierta profundidad. Ahora, cómo eso se traduce a terremotos mediante el calentamiento del agua subterránea, es un disparate: la energía requerida es demasiado grande y aún así hay una falacia en el argumento, ya que un terremoto no se puede causar calentado el agua subterránea, el resultado de un fenómeno así es la explosión de un volcán". Luego detalla que "Una onda electromagnética puede atravesar la materia dependiendo de las características de ésta. Si la materia está compuesta por materiales principalmente dieléctricos (o sea cuya conductividad es muy baja o inexistente), la onda electromagnética la atraviesa, solo cambia su velocidad de propagación. Cuando el material es conductor (su conductividad eléctrica es grande) la onda se disipa en calor, ya que induce corrientes eléctricas y su energía se transfiere al material. La profundidad que penetra la onda electromagnética en el material conductor es inversamente proporcional a la raíz cuadrada de la frecuencia de dicha onda por la conductividad del material. O sea que mas baja la frecuencia (H.A.A.R.P. genera ondas de radio en la ionósfera de unos pocos Hz) y menor la conductividad, la onda generada en la ionósfera puede penetrar la tierra mas profundamente".
Por último, Platino reconoce que "quién sabe igual, yo soy un extranjero y vi solo la parte que ellos querían que viera, así que la teoría conspirativa siempre puede apoyarse en eso".
En conclusión podemos decir que esta teoría, que suena a guión de ciencia ficción, tiene más de ficción que de ciencia. Al menos, por el momento, y guiándonos por lo que Manuel Platino nos cuenta, no hay datos significativos que permitan inferir que el terremoto haya sido provocado adrede por el ejército norteamericano.
Cierto es que debemos tener en cuenta que el parlamento de la Unión Europea expresó el 28 de enero de 1999 su preocupación por la existencia del proyecto H.A.A.R.P. y el uso que los EEUU puedan darle. Y está claro que no podemos acusar a los miembros del parlamento de la UE, precisamente, de antiimperialistas ni de "conspiranoicos".
Pero, sobre todo, tampoco podemos dejar de notar que, si bien todo indica que este terremoto no fue provocado por los norteamericanos, éste les vino de perillas. A las pocas horas de producida la catástrofe, los EEUU estaban enviando miles de efectivos y de contratistas (estos últimos enviados para asegurarse el fastuoso negocio de reconstruir Puerto Príncipe, tal como hicieron en Bagdad) para iniciar, sin ningún tipo de pudor, una ocupación disfrazada de ayuda humanitaria, desalojando a los medios de comunicación, tomando el control del aeropuerto, entorpeciendo la labor humanitaria de las delegaciones de países como Cuba y Venezuela, traficando con los niños que quedaron huérfanos en el desastre y atacando a los sobrevivientes que luchan por un plato de comida.
También es sabido el interés estratégico y económico que históricamente tuvo Estados Unidos en la nación centroamericana: desde la invasión que duró 19 años a principios del siglo pasado, pasando por el apoyo que recibieron todos los gobiernos dictatoriales que tuvo Haití (el caso más emblemático fue el de la dinastía Duvalier), hasta el protagonismo que tuvo Washington en los dos golpes de estado que sufrió el depuesto y actualmente exiliado ex presidente Jean-Bertrand Aristide.
Por último, recomiendo la lectura de una nota que el periodista Juan Gelman publicó en Página 12 el 20 de diciembre de 2007, hablando del proyecto H.A.A.R.P. y aportando datos más que interesantes.
jueves, 11 de febrero de 2010
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