Por Pablo Torres
No tenemos que perder de vista, a la hora de evaluar el entuerto entre el gobierno nacional y Martín Redrado, Clarín y la oposición, el contexto latinoamericano. Es sabido que el conflicto en Honduras inauguró lo que luego dio en llamarse "hondurazos", es decir, los "golpes democráticos" o "institucionales", en los cuales el imperio, al no poder echar mano a los golpes de estado convencionales como lo hizo durante los '60 y '70, pergeñó esta nueva modalidad, en la cual se utiliza a la siempre dispuesta oligarquía local (eterna aliada de los intereses imperialistas, sea del país que sea) y a sus vasallos (mediáticos, políticos y del ámbito judicial) para provocar "crisis institucionales" en base a medidas tomadas por el gobierno que no ameritan tal grado de conflictividad, como fue el caso de Mel Zelaya y la "cuarta urna" y como lo es la creación del Fondo Bicentenario actualmente.
Digo que no tenemos que perder de vista el contexto latinoamericano, ya que la actual coyuntura da sobradas señales de que el año en el que acabamos de entrar va a ser pródigo en conflictos similares en varios de los países del resto del continente (con la excepción, por supuesto, de EEUU, Canadá y los países cuyos gobiernos son serviles a la Casa Blanca, como por ejemplo Perú, Colombia, México, Panamá, Costa Rica y muy posiblemente Chile, ya que todo indica que Piñera, el "Macri chileno" como se dijo por ahí, ganará el ballotage que se celebrará este próximo domingo en el hermano país).
No hay que olvidar que tenemos, como antecedentes, los repetidos intentos golpistas en Venezuela y Bolivia en lo que va desde el inicio de este siglo a esta parte, ambos probadamente apoyados y financiados por Washington.
Pero en lo que a "golpes institucionales" respecta, y luego del caso de Honduras, tenemos actualmente el conflicto en Paraguay, donde el Partido Colorado, hoy oposición al gobierno, intenta impulsar un juicio político para destituir al presidente Fernando Lugo, contando con la inestimable ayuda del diario derechista ABC. Los congresistas que promueven el juicio político, casualmente, avalan el golpe de estado en Honduras.
Rafael Correa, presidente de Ecuador, denunció el sábado 2 de enero a través de su programa de radio y televisión que hay en marcha una conspiración "al estilo Honduras" para desestabilizar su gestión, por parte de ciertos grupos dentro del ejército, apoyados por grupos financieros de la derecha norteamericana y ecuatoriana.
Se puede también, si se quiere, incluír en esta lista la bizarra situación que ocurrió en Guatemala en mayo del año pasado, en la cual el presidente progresista Álvaro Colom fue implicado como potencial responsable de la muerte del abogado Rodrigo Rosenberg en un video que éste grabó, y quien fue efectivamente asesinado poco después. Las investigaciones revelaron que fue todo preparado por el mismo Rosenberg para desestabilizar al gobierno, por muy retorcido que ésto parezca.
Volviendo al caso de nuestro país, podemos notar que hay varios elementos que indican que estamos ante una situación similar a la que están sufriendo los gobiernos de los países arriba mencionados.
En primer lugar, la forma persistente en que Clarín y La Nación caratulan el conflicto del gobierno con Redrado como una "crisis institucional", insistiendo incluso con la idea de que éste sería similar en gravedad a la crisis con los ruralistas del 2008. El claro objetivo de ésto es sobredimensionar el conflicto y dar la sensación de que el gobierno habría entrado en una especie crisis terminal que podría poner en peligro su continuidad.
Segundo, el rol que tomó la jueza Sarmiento en este conflicto, poniendo todos los palos en la rueda que están a su disposición poner con respecto a los dos DNUs (el de la creación del Fondo Bicentenario y el de la expulsión de Redrado) relacionados a este caso.
Tercero, la acusación que hace Aníbal Fernández a Redrado de haber mantenido reuniones con cuatro periodistas que trabajan para el diario Clarín, previas al conflicto, hecho que no fue desmentido por el presidente del BCRA.
Y por último, y quizá como dato más significativo, varios dirigentes de la oposición (Cobos a la cabeza) junto con el estudio de abogados que "defiende a la Argentina en todas las causas contra el default", como reza una nota de Clarín del jueves 7 de enero, se encargaron de advertir durante estos últimos días sobre el riesgo de que el dinero destinado al Fondo bicentenario sea embargado por los denominados "fondos buitre". Oh casualidad, el juez norteamericano Thomas Griesa embargó ayer u$s 1700000 que el BCRA tenía en una cuenta en Nueva York.
Esto último no es para nada menor. Deja en claro que esta movida político-jurídico-mediático-económica está fogoneada por actores locales claramente articulados con grupos norteamericanos de poder, tal como ha sucedido con los otros conflictos mencionados más arriba. Y, por supuesto, como ha sucedido siempre.
El imperialismo podrá perder el pelo, pero no las mañas.
jueves, 14 de enero de 2010
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