jueves, 23 de abril de 2009

Documento debatido en la Segunda Jornada Nacional de La Cámpora en Córdoba

Fotografía Lucia Carricaburu
La Agrupación Héctor J. Cámpora es una militancia comprometida con la participación activa de todos, lo que lleva a modificar la realidad, en aras al cumplimiento del fin social de esta: el triunfo del pueblo y la obtención de la cooperación social territorial aglutinadora de intereses antagónicos.
Somos una militancia que apuesta a la generación de un proyecto nacional con identidad propia, rescatando lo bueno que se ha realizado, con capacidad de hacer criticas constructivas, ya que es un características distintiva de la juventud a lo largo del tiempo, las ganas de subvertir el orden establecido como expresión de compromiso y apuesta a un modelo de país a largo plazo.

Reiniciamos el camino marcado; ya que en el pasado, nuestros compañeros y compañeras perdieron la libertad de expresión, fueron proscriptos por sus ideas, perdieron la identidad y la vida en el marco del terrorismo de estado instaurado tiempo antes del 24 de marzo del 76. En los noventas, sufrimos las consecuencias del libremercado que instaló un esquema individualista y apolítico, que “derramó” la pobreza, el analfabetismo, la desigualdad y la exclusión. Y hoy, con conciencia y participación aceptamos el desafío de ser una militancia trabajadora, preparada y comprometida para superar el divorcio entre gobernantes y gobernados.
Estamos comprometidos a transitar un espacio político que sustente verdaderamente la figura del Tío Cámpora, compartiendo sus ideales y llevándolos a la practica en la tarea cotidiana, diferenciándonos de quienes los utilizan como una simple maquinaria propagandística.
Es importante recordar su figura, Héctor J. Cámpora, tuvo una intachable conducta y fue una persona de indudable calidad. Destacamos aquellos ideales por los que tanto luchó: la justicia social, de amplia relevancia y vigencia para estos tiempos. Porque una nación sin justicia social, no puede de ninguna manera llamarse democrática. Así nos sumamos como espacio generacional a todos los argentinos y afrontamos la responsabilidad y el deber de trabajar arduamente para saldar la deuda social que hemos acumulado durante largos años.
Deuda que tiene a al pobreza y la indigencia como estandartes, deuda que no claudicará si no se toman medidas apropiadas para subsanar la inequitativa distribución del ingreso, las desigualdades territoriales, la precariedad habitacional, la mortalidad infantil y el bajo nivel de educación, entre otros aspectos. Sentando las bases ideológicas de que se necesita un avance absoluto y perdurable en el tiempo, en el marco del consenso político que beneficie sobre todo a los sectores más postergados de nuestro país, que no pueden ni deben esperar, desafiando la construcción de un país para todos.

Advertimos el sentido de las próximas elecciones, las cuales trascienden la realidad local. Se trata de plesbicitar un modelo en los albores de una crisis internacional de dimensiones aún desconocidas. Este es el contexto que comenzó a caminar en 2003.Ya que haber reconstruido la Argentina después de la crisis vivida en el año 2001, haber recuperado la institucionalidad, la economía, los valores democráticos, la justicia, la dignidad nacional, la producción y el trabajo, son pilares importantísimos que desarrolló, con gran esfuerzo y muchos escollos este Gobierno Nacional. ES decir, los logros obtenidos y los reveces vividos, no ha sido gratis, ya que la derecha new age organizada y construida desde los medios de comunicación, con las mismas concepciones de 1880, se ha puesto como objetivo innegociable, terminar lo antes posible con este proyecto, al igual que en el año 1955 lo vivió el General Perón, con un modelo democrático elegido por y para el pueblo argentino.
Así, comprometidos en un espacio unificado de concepción y acción, estamos dispuestos a dar batalla contra la incultura. Porque la contradicción entre un país para todos y uno para pocos, es desde los comienzos de la historia argentina; la cual en la actualidad la han perfeccionado los medios de comunicación, curiosamente en las postrimerías de la aprobación y el debato abierto de la nueva ley de servicios audiovisuales. Esta visión derrotista y fatalista de la realidad nacional es la contracara de cada paso de avance y progreso del gobierno nacional en la búsqueda del desarrollo y la equidad para el pueblo argentino.
Por último, es importante, rescatar los lazos históricos latinoamericanos, y unirnos a ls voces que se alzan en la actual Cumbre de la s Ameritas pidiendo y exhortando el levantamiento del bloqueo económico que postergó a Cuba por más de cincuenta años; sumándonos a las palabras de nuestra Presidenta de la Nación, en sentar las bases de un mundo “multipolar” que enarbole la bandera de la COOPERACIÓN como receta a seguir.

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