miércoles, 9 de septiembre de 2009

Palabra Militante


La compañera Laura Alonso es una militante de La Cámpora Ciudad de Buenos Aires, nació hace 32 años en esa ciudad, un 26 de Abril de 1977, años oscuros de nuestro país. En el año 2002 se recibió en la licenciatura de Trabajo Social en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires.

Su temprana actividad militante comenzó en el secundario en la formación del centro de estudiantes de su escuela, combatiendo la Ley Federal de Educación del menemismo en el año 1993. A mediados de los años ´90 se incorporó a la militancia territorial en el comedor “Monseñor E. Angelelli” de la villa 1-11-14 del barrio Bajo Flores. Allí militó más de tres años realizando tareas sociales como apoyo escolar, labores en merenderos y actividades con jóvenes.

En la Universidad militó en la Agrupación Lucía Cullen de la carrera de Trabajo Social de la Facultad de Ciencias Sociales, ejerciendo cargos electivos desde el claustro estudiantil: Consejera de Carrera (1999 – 2001) y luego Consejera Directiva de la Facultad (2002 – 2003).

Desde la militancia universitaria también realizó tareas vinculadas al territorio y a las organizaciones sociales. “Una de las experiencias más significativas para mi, fue el trabajo conjunto con compañeros de la Facultad de Agronomía, junto a organizaciones de pequeños productores rurales, campesinos del norte de nuestro país, como el Movimiento Campesino Formoseño (MOCAFOR). Este trabajo me permitió conocer la “argentina profunda” -como suele decir Cristina- y entender hasta donde había llegado la devastación producida por el modelo neoliberal entronizado en nuestra patria a sangre y fuego”.

En el año 2003, se sumó al proyecto político conducido por Néstor Kirchner, y a partir del año 2006, con un grupo de compañeros decidieron formar un espacio militante territorial en el sur de la Ciudad.

“Pertenezco a la generación de jóvenes que empezó a militar en la década del `90, en pleno auge del neoliberalismo, para mí el 25 de mayo de 2003 representa el fin de una etapa en la que militábamos desde la resistencia para empezar a militar en la reconstrucción del proyecto de país con el que soñábamos”.

“A mi entender, uno de los mayores méritos del kirchnerismo fue poner en el centro de la escena la práctica política como herramienta sustancial para la transformación de la sociedad, y eso significa poner en valor la práctica militante, es decir, la posibilidad de reconstruir la idea que la política puede recuperar su sentido de “bien común” y, por lo tanto, legitimarse. Para muchos jóvenes militantes del campo nacional y popular (entre los que me incluyo) esto representa la posibilidad de abandonar el lugar testimonial para ser sujetos activos de un proyecto que está trasformando la Argentina”.

En términos de militancia juvenil, entiende que esa actividad tiene ventajas y desventajas: “la ventaja es que tenemos tiempo, que tenemos la posibilidad (y hasta diría la obligación) de apostar a las construcciones sólidas que siempre requieren de procesos largos, evitando los atajos, que en política son una tentación constantemente. El camino de la construcción de la organización y el poder popular llevan tiempo. Y el acceso a los lugares desde donde se ejerce ese poder (y por lo tanto se transforma la realidad) tiene sentido y valor si se hace desde la construcción colectiva y esto implica tiempo, del que por ser jóvenes disponemos”.

“La desventaja creo que también esta relacionada con esto mismo. Ciertos personajes en política suelen decir que los jóvenes son la generación del futuro, que somos el mañana, y esto conlleva la idea de que nuestro turno para participar de las decisiones u ocupar determinados espacios esta más adelante y no en el presente. De esta manera se desestima el aporte que pueden realizar las generaciones jóvenes, pues somos capaces de promover transformaciones con ideas renovadoras y una enorme energía”.

Laura asume su responsabilidad como militante juvenil reconociendo la vuelta de la discusión política de los jóvenes en la construcción de espacios transformadores de la realidad, “después de aquella juventud militante de los años `70 no había vuelto a aparecer en la escena política el actor juvenil y creo que un merito de nuestra generación fue haber reconstruido de alguna manera ese actor: la juventud vuelve a ser un actor político de la mano de la recuperación y la ponderación de la práctica político - militante que le imprimió el kirchnerismo a su proyecto desde sus inicios en el año 2003. Lo que no creo que sea un merito sólo nuestro, también hubo una fuerte voluntad de quienes conducen este proyecto (Néstor Y Cristina) de darle un rol preponderante a la juventud en el marco de la construcción política necesaria para sostener el proyecto nacional y popular que encabezan”.

Como militante del campo popular y haber conocido la cara devastadora del neoliberalismo de los ´90, ve que el PRO representa el avance de la restauración del proyecto político liberal de derecha. “Creo que su gestión esta acorde a esta concepción política. Esto es: un estado mínimo que se encargue de la seguridad, la educación y la salud (sobre estas dos últimas cuestiones, la responsabilidad estatal llega hasta sus umbrales mínimos) y lo demás que quede librado al libre juego del mercado. Mientras se desfinancian los hospitales y se recortan las becas que posibilitan el acceso a la educación de los jóvenes, el estado invierte inconmensurables fondos en una política de “maquillaje” de la Ciudad, repavimentando infinidad de veces las mismas calles por la que transitan, quienes ellos consideran ciudadanos y merecedores de una Ciudad “más linda””.

“Por otro lado, tampoco es cierta la proclamada eficiencia en la gestión de los recursos del estado. Este año con un conjunto de compañeros de otras fuerzas realizamos la campaña “Macri Vago” donde denunciábamos esta falacia”.

“En el plano de la política, como decía al principio, son la avanzada desde la Ciudad del proyecto que promueve la restauración conservadora (como dicen nuestros amigos de Carta Abierta) con pretensión de expandirse sobre el conjunto del territorio nacional. En clara asociación con la “mesa de des-enlace”, los medios de comunicación masiva, y Unión PRO, han sido actores claves en el proceso destituyente iniciado a partir del conflicto por la resolución 125, en consonancia con los métodos de acceso al poder del estado que históricamente ha utilizado la derecha argentina”.

Sueña con una ciudad justa y realmente federal. Cree que esta Capital es cada vez más injusta y tiene cada vez menos de Federal. Sostiene que nacer y vivir en cierto sector de la ciudad tiene que dejar de ser un privilegio respecto de otros sectores de la misma ciudad o del resto del país.

“Tenemos que ser capaces de construir un proyecto político para la cuidad que la ponga en sintonía con el desarrollo federal de nuestro país y que genere mayor niveles de justicia social para el conjunto de sus habitantes”.
Laura ve en la gestión nacional el reverso de lo que se desprende de la realidad de la Ciudad de Buenos Aires.

“La gestión nacional es una gestión que desde sus inicios tuvo un fuerte contenido de recuperación institucional, estabilidad económica y de la actividad política, basada en la lógica de la inclusión poniendo en valor la educación, la salud pública, recuperando el trabajo y las instancias de negociación colectiva de los salarios, con una política de derechos humanos que reivindica las banderas de memoria, verdad y justicia, y una fortísima política de integración latinoamericana”.

“Creo que son cada una de ellas la expresión de los dos modelos o proyectos antagónicos en pugna en nuestro país, y por eso es para mí un orgullo ser una militante de este proyecto nacional y popular”.

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